NUBES PARA COLOMBIA: El triángulo originario

Pedro Terán

Cabe destacar en este recuento la importancia que dentro del movimiento performista nacional tuvo Pedro Terán, antiguo miembro del grupo “El Círculo del Pez Dorado”, en el que militó antes de instalarse en Londres a mediados de los 60. Terán recibió la herencia violenta de esa década de la que, sin embargo, sólo ha conservado su voluntad de cuestionamiento del rol tradicionalista del creador y de los mecanismos para proponer una íntima relación entre pasado y presente mediante un ritual en el que juegan papel básico ciertos símbolos que emparentan la situación creada en la obra con evocaciones del ceremonial de cultos ancestrales. Terán propone, en “Nubes para Colombia”, un juego espacial de gran belleza plástica que tiene, también, reminiscencia de la escenografía japonesa, un juego despojado y virtual en el cual el cuerpo del artista desarrolla, de modo lineal, la acción que da pie al discurso, vertiendo hacia la manipulación de objetos-símbolos un interés expectante y parsimonioso, que está dirigido a celebrar, además, la salud del cuerpo. Arte, público y artista, he allí los términos del triángulo en que discurre esta situación que Terán racionaliza y monta en una tensa atmósfera de exorcismo, actuando él mismo a manera de chamán, mostrándonos con ello una opción para devolver al arte su perdido poder de una comunicación que, para él, debe excluir tajantemente los medios e imágenes empleados por la tradición.