PERSONA A PERSONA: Desmitificación del acto creador


El evento de Alfred Wenemoser, “Persona a Persona”, no admite complejidad estructural fuera de la que emana de una secuencia corporal representada por un sujeto emisor y un sujeto receptor, situados en un mismo plano de la comunicación personal y acerca de cuyo encuentro no se ha creado expectativa ni antes ni después. Esta comunicación “desprovista de emoción y poesía” genera una realidad estética determinada por las condiciones objetivas en que tiene lugar el encuentro y adquiere el sentido que “el anfitrión y el huésped decidan que tenga”. Wenemoser dividió su acción en un “pre-evento” y un “anti-performance”, realizados éstos en lugares diferentes, al descampado y en un local cerrado. En el primero, se ha dejado enterrar en un parque con césped y sólo asomaba de él su cara descubierta ante el visitante que la topa sin invitación previa, únicamente para enfrentarse “al mito, la muerte, el tiempo sagrado”. Este toparse es también un sistema de interacción retrospectivo, que adquiere realidad desde el presente y que construye “una nueva realidad” por la percepción misma. La interacción de persona a persona en Wenemoser es el eje para la creación de un contenido estético. El anti-performance fue desarrollado en el domo de la Plaza Bolívar. Aquí el sistema de interacción funcionó de modo más condicionado por la expectativa de la entrevista que el espectador-huésped sostiene en privado con el sujeto-anfitrión. Esa experiencia consiste en una emisión mutua del tú al tú, y no del yo artístico al yo receptor, de manera que, según los cálculos de Wenemoser, la interacción pasa a ser la representación de la realidad creada y enriquecida por el sentido que cada uno de los sujetos extrae de la situación compartida.